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5 de febrero de 2009

La mejor decisión


¿Qué carrera estudiar?
¿Para que sirvo realmente?
¿Me le declaro o sigo siendo su amigo?
¿Le doy gusto y lo hago sin preservativo o le exijo que se lo ponga?

En la adolescencia más que en otra edad cronológica de nuestra vida, las preguntas y los problemas nos bombardean de una manera abrumadora, y se torna justamente abrumadora por que el adolescente suele “ahogarse en un vaso de agua” sin tomar en cuenta la realidad objetiva de las circunstancias.
Las decisiones suelen ser guiadas por la impulsividad, los apasionamientos y los apasionamientos. Lo contrario a ello es la racionalización y el análisis; y todo ello engloba un proceso: el proceso de tomar decisiones.

La manera más adecuada de proceder a la hora de tomar una decisión es analizar la situación desde todos los puntos de vista posibles. Incluso desde el “injusto” o “anticuado” parecer de los padres o tutores.

Después es necesario actuar con seguridad y convicción. Independientemente también de cuál sea nuestra posición, podemos solicitar la cooperación de los demás, y agradecer sus ideas.

Los jovencitos suelen ante los problemas cerrarse en lugar de abrirse, pretendiendo que los adultos adivinen que están pasando por un mal rato, que tienen una “duda existencial” o que están metidos en un gran lío, y ¡ay de nosotros! si nos atrevemos a preguntarles: ¿Tienes algún problema?, por que seremos blanco de sus frustraciones, inseguridades y malos humores.

El proceso de toma de decisiones sería encontrar una conducta adecuada para una situación en la que hay una serie de sucesos inciertos. Hay que elegir los elementos que son relevantes y obviar los que no lo son y analizar las relaciones entre ellos. Una vez determinada cual es la situación, para tomar decisiones es necesario elaborar acciones alternativas, extrapolarlas para imaginar la situación final y evaluar los resultados teniendo en cuenta la incertidumbre de cada resultado y su valor. Así se obtiene una imagen de las consecuencias que tendría cada una de las acciones alternativas que se han definido.

El abordaje de los problemas dependerá mucho de la orientación que tomamos:¿somos personas positivas o negativas?

Las personas postitivas son las que:
  1. Ven los problemas como retos.
  2. Son optimista en el sentido de que los problemas tienen solución.
  3. Perciben que se tiene una fuerte capacidad para enfrentar los problemas.
  4. Están dispuestas a invertir tiempo y esfuerzo en su solución.
Las personas negativas:
  1. Creen que los problemas son insolubles.
  2. Dudan de la propia habilidad para solucionar los problemas.
  3. Se frustran y estresan y no logran dar soluciones más que lamentos.
Hay modelos clásicos de cómo se toman las decisiones y existe un esquema básico de resolución de problemas (D´Zurilla, Goldfried, 1971) que plantea como hacerlo de forma efectiva, que revisaremos a continuación.

Modelo de toma de decisiones
  1. Definición del problema. Problema se define como “una situación real o anticipada en la vida que requiere respuestas por parte del sujeto para un funcionamiento adaptativo; pero que no están disponibles o no son identificables por él, debido a la existencia de barreras u obstáculos”.

    Ejemplo: Manuel fuma mucho tabaco, empezó estando en el colegio y ahora ha empezando a fumar marihuana en la universidad. Su enamorada actual le ha dado un ultimatum.
  2. Generar alternativas posibles dentro del modelo de la realidad que se ha creado. Es una fase que depende de la creatividad del individuo. Se trata de imaginar las alternativas posibles. La crítica y autocrítica juegan un papel que compromete de forma importante la efectividad de este paso. Este aspecto puede dejar a la persona anclada y sin salida en este paso. Es importante tener la mente y comportarnos de acuerdo con nuestros valores.

    Ejemplo:

    Alternativa uno: Bajarle a la cantidad de cigarrillos y marihuana que fuma actualmente.
    Alternariva dos :Dejar de fumar marihuana y seguir con el cigarrillo.
    Alternativa tres: Dejar a su enamorada y seguir consumiendo.
  3. Extrapolar los resultados asociados a cada conducta generada con objeto de prever los resultados de ponerlas en práctica con los cambios que se producirán en la situación. Es una parte de la resolución de problemas que está muy sujeta a la incertidumbre, porque el resultado de nuestras acciones no depende solo lo que hagamos, sino que son fundamentales las reacciones de los demás que están involucrados en la situación.
    Ejemplo: “¿Y si él quiere dejar la marihuana pero sus amigos le insisten porque todos la consumen...?”…”Gozará de mejor salud, no tendrá esa tos de fumador”
  4. Extraer las consecuencias de cada resultado, Esta evaluación se realiza a veces de forma consciente y pensada poniendo en una balanza cada aspecto del resultado; Pero muy frecuentemente se evalúa de forma general tomando solamente el sentimiento o la sensación que incluye la impresión global que nos evoca la situación prevista. En este paso se incluye valorar la incertidumbre de los sucesos para cada una de las alternativas, la mayoría a de tener siempre una consecuencia positiva y otra negativa.

    Ejemplo:
    Alternativa uno:
    Consecuencia potitiva: Poco a poco la irá dejando.
    Consecuencia negativa: De todas maneras es consumidor, su organismo se dañara y tal vez la enamorada no quiera esperar el tiempo necesario.
  5. Elegir la acción que se va a llevar a cabo entre las que pueden producir el resultado que se busca. Una consecuencia inmediata de la evaluación de los resultados es la elección de la conducta más adecuada para resolver el problema. “Eso es lo que tendría que hacer...”
  6. Controlar el proceso cuando se lleva a cabo la acción. Cuando realizamos una acción entramos en el proceso de control de lo que hacemos, en el que vamos monitorizando si el resultado actual va en el camino que esperamos o no. Si no marcha en dirección al objetivo, generamos nuevos caminos o cambiamos los planes en un proceso de toma de decisiones parecido.

    Ejemplo: Tendré que cambiar algunos hábitos, tendré que adoptar otros nuevos.
  7. Evaluar los resultados obtenidos. Es el momento de repasar lo que se ha realizado con objeto de aprender para el futuro. Una revisión rápida del proceso que se ha llevado y de las conductas de los demás nos ayuda para mejorar nuestra toma de decisiones. Así, se pueden realizar revisiones sin fin cuando se consideran las posibles reacciones negativas no explícitas que han podido tomar los otros, “¿Qué habrán pensado?”, “¿habré quedado bien realmente?”. Si tratamos de agradar a otros los únicos finalmente descontentos seremos nosotros mismos.

    Siempre hay que tener en cuenta que cada individuo afronta la resolución de problemas de una forma diferente, basada en su experiencia y su historia… sea cual fuese esa forma particular no se debe perder de vista que el objetivo es facilitarnos el tomar la mejor decisiòn!!.


Artículo cedido por Giannina Juárez Herrera y publicado en la GUÍA ESCOLAR el 15-12-2008.

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