Muchas instituciones educativas preparan “paquetes de vacaciones útiles” con diferentes programas de entretenimiento y educación creados especialmente para el verano; nosotros como padres de familia nos preguntamos: ¿Y cómo elegir el curso de verano ideal para mi hijo?
Primero, debemos definir el por qué enviaremos a nuestros niños a un curso de verano, talvez lo haremos porque trabajamos y no podemos estar con ellos en todo momento; también puede ser que obtuvieran bajas notas o por ser una buena manera de entretenerlos en algo útil durante sus vacaciones.
Teniendo en cuenta las opciones de nuestra localidad, que son diversas, variadas y divertidas, ya que existen actividades recreativas, artísticas, deportivas y académicas; es recomendable, elegir el tipo de curso de acuerdo a las afinidades, intereses y exigencias de tu hijo. De esta manera, tendremos la certeza que asistirá motivado y su aprendizaje será significativo.
Para elegir el curso de verano adecuado busca un momento de dialogo y conciliación familiar, pues cuando les damos a los niños las opciones para elegir, reforzamos su autoestima ya que se sienten con más seguridad y tomados en cuenta.
Así, al elegir debes tener presente los siguientes aspectos:
- Que sea de utilidad para las necesidades que deseamos potenciar en tu niño, pero sobre todo que llame su atención y se divierta.
- Que el lugar sea seguro y con experiencia en el desarrollo de estos cursos, que se cubran los lineamientos de seguridad para las actividades deportivas teniendo el equipo adecuado.
- Que los docentes estén calificados y capacitados, con experiencia en manejo de niños en cursos de verano, así aprovecharan todo su potencial.
- Organizar bien los horarios, fechas y costos que sean acordes a tus necesidades como padres, teniendo en cuenta que les facilite a los niños el aprendizaje y la diversión.
- No olvidar estar bien informados sobre los objetivos que los cursos de verano desean lograr en tu niño y monitorear si se cumplen.
Recordemos que los cursos de verano ayudan a desarrollar las capacidades motrices y/o psicológicas de los niños, ya que se realizan actividades novedosas y diferentes a las de la rutina diaria o de la escuela. Así, un niño que asistió, aprendió y se divirtió en un curso de vacacional solicitará ser inscrito nuevamente el próximo año y regresará a clases con entusiasmo y alegría.
Lo más importante es que los padres de familia tienen que ayudar a motivar a que sus hijos deseen vivir esta experiencia, un curso de verano no debe convertirse en un “castigo”, pues si los niños se sienten “molestos” por participar en ellos, traerá como consecuencia una desmotivación al regresar a la escuela.
Escrito por Ivy Yzaziga Barrera y publicado en la GUÍA ESCOLAR el 15-12-2014.
