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29 de septiembre de 2011

¿Hiperactivo o malcriado?

Muchas veces al hablar sobre un niño inquieto escuchamos las siguientes afirmaciones: ...está así porque lo consienten mucho; ...es que es igualito al papá cuando estaba chiquito; habla más que la mamá; claro, como los papás no lo controlan... si yo fuera su mamá ya le hubiera puesto la mano; todo funcionaría mejor si lo cambiaran de colegio; es que en el colegio no lo quieren; es la influencia de los malos amigos; a mí me funciona y con la mamá se pasea; ...es que es burro y este colegio le queda grande; el remedio es mano dura; como el niño es súper inteligente se pasea con la maestra, los profesores prefieren a los tontos; los niños no lo aceptan porque él tiene mejores juguetes; es que tiene el diablo por dentro y hay que llevarlo a la iglesia.

Estas expresiones condensan los mitos que se han creado respecto a estos niños. A partir de este conocimiento se toman medidas que, según ese criterio, podrían remediar la situación del niño. Sin embargo, para tomar mejores decisiones se debe contar con una información clara y precisa que permita conocer la real situación del niño hiperactivo.
Síntomas comunes que debemos tener en cuenta:
  • No escucha cuando se le habla directamente.
  • No sigue las instrucciones de principio a fin.
  • Le cuesta descansar.
  • Es impaciente y olvidadizo con las tareas diarias.
  • Se distrae fácilmente.
La inquietud en los niños es un problema muy serio que afecta tanto su vida personal como social. Aunque un niño hiperactivo puede confundirse con un niño mal educado, la realidad es que la situación de los hiperactivos es muy distinta, pues su falta de control no está relacionada con la educación recibida.

Cuándo se considera que la inquietud es un síntoma?
Cuando es más intensa y frecuente que en los demás niños de su edad. Cuando el niño no logra controlarse y no tiene momentos de calma y autocontrol. Cuando no rinde en el colegio. Cuando le afecta la vida comunitaria en el aula o el tiempo libre. El patrón para comparar la actividad de un niño es la misma actividad en otros niños de su misma edad, ambiente familiar y escolar.

Todos los niños que tienen el síntoma de inquietud padecen de Trastorno Deficitario de la Atención con hiperactividad?
No, no todos. La inquietud puede indicar muchas otras afecciones. Un niño puede mostrarse inquieto entre otras razones porque no ve perfectamente, escucha mal, tiene angustia o tristeza o porque no entiende lo que explica el profesor en la clase.
Es necesario diagnosticar el TDAH o trastorno por déficit de atención con hiperactividad a tiempo y ya en esta situación los padres y familiares debemos tener en cuenta que se debe tener mucha paciencia y comprender que este problema cambia de acuerdo a la edad de la persona, en consecuencia, necesita ayuda profesional.

En la niñez:
En un primer momento actúan sin pensar, cuando ellos se dan cuenta, también hay una sensación de tristeza. “Es algo más fuerte que ellos, más intenso de lo que ellos pueden controlar”, además encuentran dificultades para organizarse. En el salón de clases no pueden concentrarse y empiezan a hablar.
“Es muy difícil para un niño estar siendo señalado las 24 horas del día, es muy complicado que lo  llamen Malcriado cuando solo intenta ser él mismo, eso va disminuyendo su autoestima”.

En la adolescencia:
Esta etapa puede ser complicada si no se trabajó en la infancia. A diferencia de la etapa anterior, la hiperactividad cambia por una aparente ‘tranquilidad’ que esconde una carga emocional negativa al haber sido etiquetado durante su vida.
Debido a este factor, sumado a la curiosidad por el riesgo, tienen mayor facilidad para ser víctimas de problemas de alcohol y drogas.
“Cuando entra a la pubertad, su actividad motriz cambia. Empieza una actitud más pasiva, pero pueden entrar en estados de mucha tristeza también porque hay un desbalance en relación a sus pares, siente que no rinde como los demás”.

En la adultez:
Debe tenerse cuidado en esta etapa porque el trastorno puede estar oculto en síntomas como problemas de organización, alteraciones del estado de ánimo, dificultades para relacionarse con los demás y uso de sustancias alucinógenas, entre otros.
Ampliar el conocimiento sobre las características del niño hiperactivo también contribuirá a aliviar la atmósfera familiar donde se desenvuelve el niño, ya que se reconoce poco que estos niños y sus familias sufren, y mucho, con la inquietud.
Por tal motivo es necesario buscar ayuda psicológica y neurológica que permita estabilizar el autoestima del niño con un adecuado tratamiento.
Los padres tenemos la responsabilidad única de velar por el bienestar del niño ya que este no tiene culpa alguna de las actitudes que manifiesta por no tener un tratamiento adecuado para superar estas deficiencias atencionales, recuerde!! NO es que el niño simplemente no quiera hacer sus deberes o no pueda hacerlo, la realidad es que no podrá hacerlo hasta que no reciba la ayuda directa de ustedes y un tratamiento adecuado.
Padres ustedes pueden marcar la diferencia, aceptar el problema, dejar de auto culparse o agredirse y ayudar a su niño a superar este déficit. Animo, si no lo hacen ustedes nadie más lo hará!!

Escrito por Miss Ivy para la Guía Escolar

1 comentario:

  1. Algunos ejercicios sencillos son muy útiles para lograr que los chicos controlen sus emociones. Ana Loret de Mola, psicóloga nos muestra cómo enseñarles a controlarse. No te pierdas este video cortito pero provechoso !! http://www.mamitips.com.pe/mamitips/psicologia_en_ninos-ninas/Entries/2011/10/10_Ensenandole_a_controlar_sus_emociones.html

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