GUIA ESCOLAR

Blog del directorio GUIA ESCOLAR

Buscador

15 de diciembre de 2010

Replanteando la Prevención de las Enfermedades Bucodentales

Desde los comienzos de la humanidad, la boca ha sido considerada como un objeto de deseo y devoción, ha inspirado poemas, novelas, cuadros..... y hasta películas. A través de ella podemos hablar, comer, reír, besar... Esto hace que sea fundamental para nuestra salud tener unos dientes y encías sanas, puesto que la boca es una de las vías más directas de comunicación de nuestro organismo con el mundo exterior, de tal forma, que un perfecto estado de nuestra cavidad bucal dificultará la entrada de microorganismos patógenos a nuestro cuerpo.. 


La caries dental, la enfermedad periodontal (enfermedad de encías) y las maloclusiones (malposición dentaria) son las enfermedades bucales de mayor prevalencia en el hombre. En los países industrializados, la frecuencia de estas patologías ha disminuido notablemente gracias a la aplicación de medidas de salud pública destinadas a prevenirlas. En los países en vías de desarrollo – y, entre ellos el Perú – la prevalencia de estas enfermedades no sólo no ha disminuido, sino que parece estar aumentando. El fenómeno obedece a que estos países no cuentan aún con los recursos humanos, tecnológicos y económicos necesarios para solucionar dichos problemas. Si a esto se agrega que en el Perú no existe un programa adecuado de salud pública bucal, el panorama se ensombrece aún más.


Se ha repetido, en numerosas oportunidades, que la población peruana afectada por estas enfermedades es tan grande y que el problema aumenta a tal velocidad (actualmente el 95% de la población se encuentra afectada por caries dental); que los profesionales odontólogos no podrán solucionarlo jamás con los tratamientos restauradores convencionales. En consecuencia, el único camino que se avizora para resolver la problemática de salud bucal de nuestra población es la aplicación de medidas específicas de prevención. Los grupos con mayor riesgo de padecer estas enfermedades están constituidos por niños y adolescentes. Por lo tanto, la intervención debe ser efectuada, necesariamente, en edades tempranas, inclusive durante la gestación, para no dar lugar a que se instale la patología.

La Caries Dental y la Gingivitis son las enfermedades infecciosas bucodentales más comunes en el niño y adolescente La primera consiste en la destrucción (desmineralización) de los tejidos de los dientes y la segunda, en la inflamación de las encías, pudiendo provocar ambas la pérdida de piezas dentales, a menos que se haga un tratamiento apropiado. A su vez, la pérdida prematura de piezas dentarias puede traer como consecuencia la disminución del perímetro del arco, que como se sabe, es una de las causas ambientales de las maloclusiones.

Ambas son producidas por la aparición de la placa bacteriana, una película de microorganismos, restos alimenticios y componentes de la saliva, que se forma sobre la superficie dental.

Además, cuando los restos de comida no son eliminados adecuadamente de los dientes, aparece el sarro, un depósito duro mineralizado, que favorece el desarrollo de las bacterias, ocasionando inflamación y sangrado en las encías, provocando que el hueso que soporta los dientes se pierda paulatinamente, empezando a tener movilidad y en ocasiones se producen abscesos en las encías, lo que al final ocasiona la pérdida de los dientes. Es importante señalar que durante todo este proceso hay infecciones que no producen dolor, sin embargo los gérmenes circulan por todo el organismo ocasionando problemas infecciosos incluso a nivel de otros órganos del cuerpo.

En 1962, Fitzgerald y Keyes demostraron que la caries dental es una enfermedad infecciosa transmisible, y que en el desarrollo de la enfermedad interactúan simultáneamente tres factores etiológicos: un huésped susceptible (diente), una microflora patógena (placa bacteriana) y un sustrato constituido por carbohidratos fermentables (azúcares).

RIESGO ESTOMATOLÓGICO

El enfoque de riesgo es el método de trabajo en el cuidado de la salud de las personas, las familias y las comunidades basado en el concepto de riesgo. En general, se considera que el “riesgo” es la probabilidad de enfermar que tiene un individuo o un grupo de individuos. Cuando un sujeto ha enfermado, ya no está en riesgo, puesto que ha adquirido la enfermedad. Para el caso de la caries dental, la unidad de observación puede ser una población, un individuo, un diente o una superficie dental, Por lo tanto, en un sujeto con caries, aunque ya no hay riesgo de tener la enfermedad , sus dientes que permanecen sanos sí están en riesgo de sufrir lesiones. Y lo mismo puede decirse de las superficies dentales sanas en un diente afectado.

El riesgo estomatológico se define como la probabilidad de que un individuo adquiera una de las enfermedades bucales de mayor prevalencia, es decir, caries dental, enfermedad periodontal o maloclusión. Estas entidades tiene un origen multifactorial muy complejo. Hay factores coadyuvantes, distintos de lo biológicos, que predisponen a ciertos individuos a padecerlas. Por ejemplo, el nivel socioeconómico, el estilo de vida y el grado de instrucción son factores que, en mayor o menor grado, pueden influir en la aparición y en la progresión de estas enfermedades. Por esta razón, algunos autores hacen la distinción entre el riesgo biológico y el riesgo social.

En nuestra institución abordamos estas infecciones de manera integral, no sólo tratando las lesiones establecidas, sino, determinando los factores biológicos que influyen para que nuestro paciente presente actividad de la enfermedad, clasificándolo en el nivel de riesgo respectivo (alto, moderado o bajo). Es a partir de este punto que empezamos a desarrollar medidas preventivas y terapeúticas específicas con el objetivo primordial de controlar la patología, componentes fundamentales de nuestro Programa Preventivo Clínico Individualizado: Class Dent Prevent.
Eliminación de la placa bacteriana
La higiene bucal debe estar dirigida al control y la eliminación de la placa dental mediante métodos mecánicos y/o químicos. Esta higiene dental se debe fundamentar en el cepillado dental, el uso del hilo o seda dental y todos aquellos medios complementarios menores que sean necesarios.
Eliminación y control de la placa bacteriana por métodos mecánicos:
Cepillado dental
Hay que tener en cuenta que la desmineralización del esmalte se produce por la existencia de un medio ácido tras la ingesta de alimentos (sobretodo azúcares). El cepillado dental posterior a la ingesta, elimina la placa dental, equilibra el pH bucal y elimina los restos alimenticios. Deberíamos cepillarnos los dientes tras cada ingesta, si no es posible se recomienda se haga tras las principales ingestas, tres veces al día. Respecto a las técnicas, todas las técnicas descritas son correctas si se realizan correctamente pero el consenso a nivel de las sociedades odontológicas internacionales es que la técnica de Bass modificada es la ideal. El cepillado de los niños debe ser realizado siempre por los padres hasta que el niño demuestre la habilidad suficiente para hacerlo solo. Los niños pueden colaborar en su cepillado una vez que los padres han completado el cepillado. El uso de cepillos eléctricos no mejora los resultados del cepillado manual y están indicados en personas con dificultades de habilidad manual.
Hilo dental
El uso de hilo dental es un complemento perfecto al cepillado dental para eliminar los restos alimenticios que quedan entre los dientes. El uso del hilo o seda dental requiere un cierto entrenamiento. La utilización de este método sería recomendable tras las grandes ingestas pero como mínimo será aceptable su utilización por las noches. Los cepillos interdentales también se utilizan para eliminar los restos alimenticios, pueden llegar por su diseño donde el cepillo normal no puede entrar.

Eliminación y control de la placa bacteriana por métodos químicos:

El uso de colutorios puede estar indicado en pacientes que no consiguen los resultados deseados con los métodos mecánicos y en función a su nivel de riesgo. La utilización debe ser indicada por un profesional puesto que tienen efectos sobre la flora bacteriana habitual de la boca y sobre los tejidos dentarios pudiendo producir tinciones algunos de ellos.


Medidas sobre la dieta
El tipo de dieta influye considerablemente en la producción de caries. Para que los dientes estén fuertes es importante una buena alimentación. Una dieta sin exceso de hidratos de carbono refinados (azúcar) y que contenga vitaminas y minerales, sobre todo calcio, es la más aconsejable para mantener una boca sana. Por tanto, es recomendable no abusar de alimentos ricos en azúcar (dulces, caramelos, bebidas azucaradas…) procurando reducir la frecuencia del consumo de estos alimentos y que se tomen solo durante las comidas. Los alimentos más ricos en vitaminas, minerales y calcio, son los lácteos, verduras y frutas frescas.
Es conveniente evitar comer entre horas, ya que los restos de alimentos permanecen entre los dientes hasta que se cepillan, favoreciendo así la aparición de caries. Disminuir el consumo de azúcares y una dieta equilibrada ayuda a disminuir el riesgo de sufrir caries. Reducir la toma de refrescos azucarados, el cambio de zumos concentrados por zumos naturales son otras medidas recomendables. La modificación de la frecuencia del consumo es incluso más importante que la cantidad.

Uso de Flúor
El uso del flúor previene la aparición de la caries interfiriendo en el metabolismo de las bacterias reduciendo su papel patógeno. La presencia de flúor facilita la incorporación de calcio a los tejidos duros del diente y a su remineralización.
Existen diversas presentaciones comerciales de flúor desde las pastas dentríficas, colutorios, geles, pastillas o barnices. Algunas de estas presentaciones son de uso profesional y se administran bajo supervisión en la consulta. En algunos países el agua de consumo se somete a fluoración.

El sellado de fosas y fisuras
El sellado de fosas y fisuras es una técnica de prevención ampliamente extendida en la odontología actual. La modificación de las áreas anatómicas más retentivas de la cara masticatoria de los dientes, las fosas y las fisuras, mediante la utilización de diversas técnicas y materiales, ha sido una de las principales medidas preventivas empleadas para combatir la caries en niños con especial tendencia a sufrirlas.
Visitas regulares al odontólogo
Es nuestro deber transmitir y reforzar la educación en salud con respecto a la boca de nuestros pacientes. Guiar en las técnicas de cepillado, uso del hilo dental, el refuerzo de actitudes positivas en la dieta e higiene, se constituye en parte de nuestro quehacer diario. Es sabido que las visitas al profesional deben darse como mínimo dos veces al año; sin embargo, bajo este nuevo enfoque las visitas de mantenimiento y control dependerá básicamente de la clasificación del nivel de riesgo basal que obtenga el paciente, pudiendo ser incluso 3 ó 4 veces al año.

Maloclusión
Una maloclusión se refiere al mal alineamiento de los dientes o a la forma en que los dientes superiores e inferiores encajan entre sí. La mayoría de las personas tienen algún grado de maloclusión, si bien normalmente no es lo suficientemente seria para requerir tratamiento. Aquellas que tienen maloclusiones más severas pueden requerir tratamiento de Ortodoncia para corregir el problema. La corrección de maloclusiones reduce el riesgo de pérdida de piezas y puede ayudar a aliviar presiones excesivas en la articulación temporomandibular.
La oclusión se refiere al alineamiento de los dientes y la forma en que encajan los dientes superiores e inferiores (mordida). Una oclusión ideal se presenta cuando todos los dientes superiores encajan levemente sobre los inferiores. Es decir, las puntas de los molares se encajan en los surcos de los molares opuestos y todos los dientes están alineados, derechos y espaciados de manera proporcional. Así mismo, los dientes superiores no permiten que las mejillas y los labios sean mordidos y los inferiores protegen la lengua. Sin embargo, se puede considerar que muy pocas personas presentan una oclusión perfecta, lo que implica la remisión a especialistas.
En tal sentido, en la actualidad las estadísticas a nivel mundial hablan de altos índices de mala oclusión en la sociedad actual. En los Estados Unidos entre un 40% y un 60 % de los adolescentes presentan claros signos de mala oclusión, siendo candidatos a tratamiento. En nuestro País, el 80% de los niños y adolescentes presentan esta alteración, siendo mayor la incidencia en la Costa. Por consiguiente, se puede decir, que la mala oclusión tiene características de epidemia de los tiempos modernos.
La mala oclusión se refiere a cualquier grado de contacto irregular de los dientes del maxilar superior con los del maxilar inferior, lo que incluye sobremordidas, submordidas y mordidas cruzadas, lo que indica una desproporción entre el tamaño de los maxilares superiores e inferiores o entre el tamaño del maxilar y el diente, provocando un apiñamiento de los dientes o en patrones de mordida anormales, así mismo los dientes extras, malformados, incluidos o perdidos y los dientes que erupcionan en una dirección anormal pueden contribuir a la mala oclusión.
Dentro de las principales causas que puede originar problemas de mala oclusión se pueden mencionar: factores hereditarios, además de los hábitos adquiridos por los niños durante su etapa de crecimiento (chuparse el dedo, presión de los dientes con la lengua, usar chupones y tomar biberón durante mucho tiempo), también pueden afectar en gran parte la forma de los maxilares, los malos hábitos alimenticios y respirar por la boca sin cerrar los labios. Esta situación se relaciona con el hecho de que el hombre nace condicionado para respirar por la nariz y alimentarse por la boca. Por lo tanto, al romperse ese mecanismo fisiológico se afecta el crecimiento y desarrollo, no sólo facial, sino general. Lo cual se presenta en algunos niños que manifiestan conductas inadecuadas que afectan el normal desarrollo bucodental.
En tal sentido dentro de los efectos inmediatos de la respiración bucal consisten en la introducción de aire frío, seco y cargado de polvo en la boca y la faringe, lo que conduce a que se pierdan las funciones de calentamiento, humidificación y filtrado del aire que entra por la nariz, con el consiguiente incremento de la irritación de la mucosa faríngea, siendo pobre la cantidad de oxígeno que pasa a la sangre ocasionando a su vez anemia, hipoglobulinemia y ligera leucocitosis; pérdida de expansión normal de sus pulmones, déficit de peso y a menudo, tórax aplanado; además de trastornos funcionales, palpitaciones, soplos y variaciones de la tensión arterial, incluyendo disminución de la capacidad intelectual, así como alteración de la audición, el olfato y el gusto.
Por consiguiente, los efectos a largo plazo de la respiración bucal en el macizo nasomaxilar son más complejos y de mayor alcance. Desde que se abre la boca, la lengua desciende y pierde contacto con el maxilar, lo que influye en el crecimiento de éste, la tensión de los músculos varía produciendo una serie de alteraciones en la función muscular que incide en la postura de la mandíbula y de la cadena muscular postural del individuo. Es por ello, que la respiración bucal constituye un síndrome que puede ser etiológicamente diagnosticado por causas obstructivas, por hábitos y por anatomía.
Otra de las consecuencias de la mala oclusión en un estado severo esta relacionada con la aceptación del individuo de su propia imagen, así como la percepción del rechazo por parte de sus compañeros, lo que conduce al aislamiento del niño de su entorno social. Por tal motivo, la importancia de la prevención primaria en la consulta odontológica, tiene como objeto el cuidado de la salud del niño orientado hacia el fomento del desarrollo normal, desde la infancia hasta la edad adulta sano desde un punto de vista físico, emocional e intelectual.

Tratamiento de la maloclusión


Una maloclusión puede dar lugar a una alteración del normal funcionamiento y relación entre arcadas y también, y no menos importante, a una alteración estética de consecuencias fatales.

La indicación de un plan de tratamiento exige una correcta valoración de las arcadas dentarias y de los dientes. Para ello, además del examen físico de la boca se necesita la aplicación de radiografías especiales y la realización de moldes de yeso.

En muchas ocasiones no sólo se pretende un movimiento dental sino que debe recurrirse a la cirugía (cirugía ortognática) para la corrección de la maloclusión. Conviene no perder nunca de vista que, el resultado final debe mostrar una alineación dental correcta pero también estéticamente bonita.

Las alteraciones en el desarrollo normal de los dientes ( por ejemplo agenesias, dientes supernumerarios, defectos del esmalte, alteraciones en la forma, alteraciones en la posición, etc.) se detectan, a menudo, en revisiones dentales rutinarias. De ahí la gran importancia de las revisiones dentales periódicas desde la infancia.

Desde el punto de vista ortodóntico resultan especialmente interesantes todas las anomalías dentales, ya sean de número, de forma o de posición. No resulta extraño observar la presencia de dos o más de estas anomalías de manera simultánea y afectando uno o más dientes.

Para la corrección de las maloclusiones contamos con diferentes tipos de aparatología. Llamaremos aparato removible a aquel que puede ser extraído fácilmente de la boca por el propio paciente y puede ser utilizada de forma intermitente. Suele utilizarse para la corrección con movimientos dentales simples. Dentro de este gran grupo de aparatos mencionaremos las placas activas , las placas pasivas y los aparatos funcionales. No olvidemos que este tipo de aparato necesita la total colaboración del paciente para ser efectivo.
El otro gran grupo lo constituye la aparatología fija multibrackets, complementada en ocasiones con arcos completos y elásticos intermaxilares. Este tipo de aparatos suelen reservarse para la corrección de maloclusiones durante la dentición mixta y permanente.

No olvidemos que tras la corrección ortodóntica se hace necesario la aparatología llamada estabilizadora o de contención, destinada a evitar la recidiva de algunas malposiciones dentales.

La opción terapéutica quirúrgica o cirugía ortognática se reserva para complicados casos de discrepancia ósea entre ambas arcadas.


Dr. Augusto E. Reyes Vargas, CD. UNMSM
COP 8562
Class Dent – Director
Post grado: Rehabilitación Oral – Estética – Ortodoncia

1 comentario:

 
© GUIA ESCOLAR
Designed by BlogThietKe Cooperated with Duy Pham
Released under Creative Commons 3.0 CC BY-NC 3.0
Posts RSSComments RSS
Ir arriba